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Las personas hacemos las cosas motivadas por diferentes razones. Por ejemplo, entrenar al baloncesto. Algunos lo hacemos para mejorar el tiro, o para botar con más control el balón. Otros pueden hacerlo para ganar un torneo, o porque no quieren hacer el ridículo cuando juegan con sus amigos. 

A finales de los años 80, Paul Pintrich desarrolló la teoría de las metas. Ésta surgió para explicar la motivación de los alumnos en un contexto educativo. Así, la motivación basada en metas tiene tres componentes: 

  1. El valor que se le da a lo que se logra
  2. Las expectativas que se tienen de éxito
  3. El componente emocional respecto a las metas, por ejemplo la ansiedad por no lograrlas o la bajada en la autoestima.

Sus ideas son claves para entender los procesos de autorregulación del aprendizaje, y hoy os presento su artículo de 2000, sintetizado: “El papel de los objetivos en el aprendizaje” (lo podéis descargar gratis aquí: https://ssrlsite.files.wordpress.com/2018/02/pintrich-2000-multiple-goals-multiple-pathways-the-role-of-goal-orientation-in-learning-and-achievement.pdf). 

Siguiendo el ejemplo de entrenar al baloncesto, el autor denomina metas de dominio o de aprendizaje a las metas orientadas a mejorar y aprender; mientras que las razones relacionadas con el resultado son metas de rendimiento o de actuación (ganar, evitar el ridículo).

De esta manera, los alumnos con metas de aprendizaje están motivados para realizar una actividad porque quieren aprender y comprender cómo llevar a cabo la actividad, lo que en el fondo es una forma de motivación intrínseca. Por contra, aquellos con metas de actuación se centran en la nota que conseguirán completando la actividad, como forma de motivación extrínseca. En este último caso, su valoración del resultado también dependerá de cómo lo hagan los demás.

Es importante aclarar que esta motivación hacia determinadas metas no es general, sino que depende del área o incluso de la actividad específica porque depende a su vez de variables como el interés, la autoeficacia, lo útil que resulte la tarea, etc.

Las metas de aproximación o de evitación

El autor también desarrolla una diferencia importante entre las metas: su orientación a la aproximación o evitación. Esto es especialmente importante en las metas de resultado. Si están orientadas a la aproximación, quieres hacerlo mejor que los demás para mostrar tu habilidad. Pero si están orientadas a la evitación, lo que quieres es evitar parecer estúpido o incompetente. 


Metas de aprendizajeMetas de resultado
Orientadas a la aproximaciónQuiero aprender a leer y escribir bien en Inglés así que practicaré mucho, en casa y en clase.Practico mucho porque quiero sacar la mejor nota posible que me suba la media.
Orientadas a la evitaciónHago todos los ejercicios y tareas porque si no, no aprenderé nunca a escribir y leer bien en inglés.Practico mucho inglés porque no quiero que mis compañeros se rían de mi bajo nivel.

La investigación llevada a cabo por Pintrich y sus colaboradores relaciona estos cuatro tipos de orientación a las metas con consecuencias tales como la motivación, la elección de estrategias y el desempeño. 

¿Qué significa todo esto? Imaginemos a aquellos con metas de resultado orientadas a la aproximación. Estarán motivados para sacar las mejores notas, y parecer los más talentosos en clase. Como resultado, trabajando muy duro y generalmente lo hacen bien en los exámenes. Pero el aprendizaje no es su meta, trabajan bien pero por el motivo equivocado. Esto suele hacerles utilizar estrategias de memorización que funcionan muy bien a corto plazo, pero no aprenden nada.

Como Soderstrom y Bjork (2015) dicen: “El objetivo primordial de la educación debería ser facilitar el aprendizaje a largo plazo. Esto es, creando cambios permanentes en la comprensión y habilidades del tipo que ayudarán a la retención a largo plazo y la transferencia”.

Imaginemos también la peor situación: aquellos con metas de resultado orientadas a la evitación. Intentan, por todos los medias, cometer errores para no parecer tontos. Generalmente están ansiosos, estudian de una manera desorganizadas, evitan pedir ayuda (lo que supondría reconocer públicamente su incompetencia). La consecuencia suele ser un mal desempeño y poco interés en el aprendizaje. 

¿Es posible perseguir varias metas a la vez?

El propio Pintrich nos advierte de que sí, es posible. Una alumna puede esforzarse mucho porque quiere aprender, y también sacar buenas notas. No son mutuamente excluyentes. Es importante que ayudemos a estos alumnos a regular su motivación. Por ejemplo, en alumnos universitarios, pueden motivarse para aprender durante el semestre, y luego motivarse con una buena nota de cara a la semana de exámenes.

¿Qué podemos hacer nosotros? 

En mi opinión, la consecuencia clara de este artículo es que debemos trabajar la idea del fracaso. Debemos asegurar que nuestra reacción a un error es de interés y apoyo, viendo los fallos constructivamente. Dar oportunidades para revisar el trabajo, y poder aprender a través de la identificación y corrección de los propios errores.

Como ya dijimos en otras entradas, utilizar exclusivamente las calificaciones numéricas estimulan a algunos alumnos (extrínsecamente) pero a la vez provocar ansiedad e inseguridad en los que tienen una orientación a la evitación. Es importante trabajar este aspecto, evitando los números cuando no sea imprescindible. Como no podía ser de otra forma, la evaluación formativa y el feedback son idóneos para afrontar este tipo de problemas. Podéis leer más sobre la importancia del feedback en la regulación del aprendizaje pinchando aquí.

Una respuesta a “Descubriendo cómo funciona la motivación: las metas”

  1. […] tenemos que rescatar esta entrada hablando de las metas, porque las metas de aprendizaje son siempre objetivos que favorecen la motivación intrínseca. […]

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