Preguntas sin aviso: una técnica poderosa y problemática

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El otro día trataba de convencer a una compañera sobre las bondades del «cold calling», una técnica explicada en el libro «Teach Like a Champion 3.0» de Doug Lemov. La técnica consiste en lanzar una pregunta a alguien de nuestra clase (sin que levante la mano) para comprobar su comprensión. El adjetivo que utilizó mi compañera fue que la técnica le parecía problemática, porque muchos no sabrían o no querrían contestar. Y de ahí viene esta reflexión que comparto ahora.

En el día a día habitual de nuestras clases, probablemente nos enfrentamos a un gran número de problemas. Si tenemos alguna responsabilidad en el equipo directivo, nos ha tocado un grupo complicado o sencillamente no ha sido nuestro día, es muy probable que estemos permanentemente lidiando con problemas. Y cuando llegamos a una clase, nuestro enfoque es similar: vamos a prestar atención a los problemas para solucionarlos.

De esta forma, al llegar al aula enfocamos nuestra atención en aquellos alumnos que sabemos que tienen problemas, porque nuestra experiencia anterior así nos lo dice. Sin embargo, hay una masa crítica de alumnos que, sin tener problemas manifiestos, muchas veces no comprenden las ideas fundamentales de nuestra materia. Sin embargo, como muchas veces son capaces y/o trabajadores, o realizan un esfuerzo inmenso de estudio justo antes de la evaluación, son personas que desarrollan un desempeño medio que les hace habitar en una zona de confort. Desarrollan a la vez unos hábitos de trabajo nada recomendables, porque su comprensión es superficial. Esto provoca que lo que aprenden desaparezca a largo plazo, o no sea transferible a situaciones más o menos similares a las planteadas en clase. Generalmente tampoco les prestamos mucha atención porque ni ellas lo desean ni nosotros tenemos tiempo de crearnos más problemas.

Ya hemos hablado en otras entradas del blog de la poca validez de lanzar preguntas generales al final de una explicación como «¿Comprendido?» «¿Alguna duda?». Puedes leerla pinchando aquí. Incluso existe una pequeña guía para elaborar buenas preguntas en la sección de recursos, por aquí la tenéis. En la mayoría de las clases esto provoca un asentimiento general que casi nunca es correcto. En este caso, una persona que no ha comprendido tiene dos opciones: decirlo (imagen de la derecha) o no decirlo (imagen a la izquierda). Como hemos dicho en el párrafo anterior, hay algunas personas que desarrollan muchas estrategias para pasar desapercibidas en clase, por lo que nos podemos encontrar con el ejemplo de la izquierda: no lo sabe pero prefiere no decirlo, y dar a entender que sí lo ha hecho.

Por eso mi compañera tenía razón: es problemático. El «cold calling» permite detectar lagunas de comprensión que de otra forma pasarían desapercibidas. Genera incomodidad para los alumnos y para nosotros, porque podemos empezar a destapar a los que parece que están aprendiendo en clase, pero no lo hacen. Pero merece la pena. Yo sigo sorprendiéndome del enorme poder que tiene lanzar preguntas de manera adecuada al alumnado. Es la mejor manera de que ellos y yo nos demos cuenta de que algo no se ha comprendido bien. También es la mejor manera de emprender el camino hacia ese aprendizaje. Comunica además muchas otras cosas de la cultura de clase. No se trata de discriminar a los tímidos, porque no les estás pidiendo que hablen de sus sentimientos, sino de provocar el pensamiento en todo el alumnado. Las preguntas permiten vehicular la clase acogiendo los diferentes puntos de partida de cada uno.

Además de eso, cuando preguntamos a una persona de clase y la respuesta es un encogimiento de hombros y un murmullo «No lo sé», en realidad pueden estar sucediendo más cosas que las que nos hemos planteado hasta ahora. En concreto, se me ocurren al menos otras dos muy frecuentes:

Esta ilustración ayuda a entender que el «cold calling» no debe quedarse sólo con la primera pregunta, sino que es necesario extenderla en forma de pequeñas preguntas que, o bien ayuden a llegar a la respuesta, o bien ayuden a saber cuál es la razón real de contestar «No sé». Para eso, Doug Lemov nos propone las siguientes claves:

  • Lanza la pregunta y deja unos segundos para que todo el mundo tenga la oportunidad de pensar sobre ella. Cuando el «cold calling» se ha convertido en algo habitual (lo que es muy recomendable), la expectativa es que todos piensen un rato sobre ella.
  • Selecciona aleatoriamente a alguien para que conteste a la pregunta. Esta selección puede ser realmente aleatoria, utilizando ruletas o palos de madera (de los de helado) con el nombre de todos tus alumnos. Cogemos uno al azar después del momento de pausa.
  • Pero también podemos lanzarla a alguien en concreto. Podemos, por ejemplo, proponer una pregunta fácil para que alguien que no está acostumbrado a responder con éxito pueda hacerlo alguna vez. Eso le ayudará a tomarse con más comodidad esta dinámica la próxima vez, y generará un sentimiento de logro que tal vez aumente la motivación para seguir pensando en las demás preguntas.
  • Si la persona X responde «No sé», puedes pasar a otra persona pero recordando siempre que volverás a la persona X para que repita con sus propias palabras las respuestas de otros compañeros. En definitiva: una secuencia que comience con un alumno incapaz de responder a una pregunta debe terminar con ese alumno respondiendo correctamente con la mayor frecuencia posible.  

Cuando utilizamos con frecuencia esta estrategia, nos ayuda a convertir en hábito estar atento en clase. Al menos que esperamos que sea así. Ya hablamos de ello en la entrada sobre cinco maneras de mejorar la atención en clase que podéis leer pinchando aquí. En el fondo, participar con éxito de una discusión, sabiendo que tus palabras van a ser importantes y que pueden demostrar que estás aprendiendo, es un motor increíble del propio aprendizaje. Así que mi consejo es: pregunta sin aviso.

Si quieres leer más sobre esta y otras estrategias, te recomiendo leer «Teach Like a Champion 3.0» disponible en castellano aquí.Hay dos buenos vídeos sobre esta estrategia que podéis consultar pinchando aquí.

4 comentarios sobre “Preguntas sin aviso: una técnica poderosa y problemática

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