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En esta entrada comentamos uno de los libros que más me ha costado conseguir. Se trata de un pequeño volumen de Robin Alexander titulado «Towards a Dialogic Teaching», y que he adquirido en su quinta edición. Tenéis información sobre el autor en su web: https://robinalexander.org.uk/
El libro de Alexander se centra en el concepto de «dialogic teaching» o enseñanza dialógica, que trata de explicarnos que el diálogo es esencial para el aprendizaje significativo. Aquí no se trata de un diálogo basado en preguntas y respuestas del profesor, sino de la capacidad de interrogar en profundidad dejando que el alumnado explore sus propias respuestas. La influencia del filósofo ruso Mijail Bakhtin, en este sentido, es significativa. La teoría del diálogo de Bakhtin destaca la importancia de las interacciones sociales y del lenguaje en la construcción del conocimiento. Robin Alexander adopta este enfoque al reconocer que el aprendizaje significativo surge del intercambio de ideas y perspectivas en un entorno dialógico. Así, también se busca como objetivo la reflexión y transformación de las estructuras sociales a través de la educación. Cuestionar lo recibido, y las formas de construcción de ese conocimiento normativo transmitido.
Al fomentar el diálogo y la participación activa, el libro busca empoderar a las alumnas y alumnos para que cuestionen y analicen críticamente el mundo que los rodea. Finalmente, el libro se fundamente en que el diálogo estructurado no solo impulsa el aprendizaje académico, sino que también contribuye al desarrollo socioemocional de los estudiantes, fortaleciendo habilidades como la empatía, la comunicación y el pensamiento crítico.
El autor aboga por un enfoque interactivo y participativo donde el diálogo entre profesor y alumnos, y entre los alumnos entre sí, es la piedra angular. En sentido, no se trata de un «juego de ping-pong» donde lancemos preguntas que tengan una respuesta. Se trata de que la pregunta fomente el diálogo y el cuestionamiento.
Por eso, la habilidad para formular preguntas que estimulen la reflexión y el diálogo es fundamental en la enseñanza dialógica. Alexander no solo argumenta la importancia de este aspecto, sino que también ilustra cómo llevarlo a la práctica a través de ejemplos específicos. Por ejemplo, transformando las preguntas cerradas en preguntas abiertas:
1. En Ciencias Sociales:
- En lugar de preguntar: «¿Cuándo ocurrió la Revolución Industrial?»
- Pregunta abierta: «¿Cuáles fueron las principales causas detrás de la Revolución Industrial y cómo impactaron en la sociedad de la época? ¿Te parece que sus efectos fueron positivos o negativos?»
2. En Literatura:
- En lugar de preguntar: «¿Cuál es el tema principal de la novela?»
- Pregunta abierta: «¿Cómo se relaciona la novela con tu propia vida? ¿Con qué aspectos de tu propia experiencia la puedes relacionar mejor?.»
3. En Matemáticas:
- En lugar de preguntar: «¿Cuánto es la suma de estos números?»
- Pregunta abierta: «Describe diferentes enfoques para resolver el problema, y discute las estrategias que encuentres más efectivas, con ejemplos para respaldar tus elecciones.»
4. En Ciencias Naturales:
- En lugar de preguntar: «¿Cuáles son los tres estados del agua?»
- Pregunta abierta: «Piensa en ejemplos cotidianos en los que el agua se encuentre en dos de sus estados. Por ejemplo: un vaso de agua con cubitos de hielo».
En definitiva, como recomendaciones generales:
Antes de lanzar una pregunta, contextualiza el tema. Proporciona información relevante que prepare al alumnado y les dé una base para abordar la cuestión. Fomenta preguntas que estimulen la conexión de conceptos. Por ejemplo, «¿Cómo se relacionan los eventos históricos que estudiamos esta semana con esta noticia del periódico?» Este enfoque vincula el aprendizaje con la realidad y fomenta el pensamiento crítico y la aplicación del conocimiento.
Diseña preguntas que promuevan la consideración de diversas perspectivas. Por ejemplo, «¿Cuáles podrían ser diferentes interpretaciones de este evento histórico según diferentes grupos de personas?» «¿Qué grupo de personas elaboró estas teorías?, ¿Cómo crees que eso condiciona este campo?» Esto alinea la formulación de preguntas con la pedagogía crítica de Alexander.
Finalmente, pide a los estudiantes que reflexionen sobre sus propias experiencias o pensamientos. Por ejemplo, «¿Cómo crees que estas ideas podrían aplicarse a tu vida diaria?»»¿Te parece una idea justa/injusta?»¿A quién deja fuera estas ideas?» Esto no solo fortalece la conexión personal con el contenido, sino que también estimula la autoevaluación y la generación de hipótesis alternativas.
Otro punto interesante del libro es la atención dedicada al fomento de debates estructurados en el aula. Alexander reconoce la importancia de proporcionar un espacio donde los estudiantes puedan expresar sus ideas de manera organizada y respetuosa. Aquí, el libro ofrece estrategias detalladas para la organización y moderación de debates, lo que nos permitirá crear un ambiente propicio para el intercambio de ideas.
Pautas para generar espacios de debate en el aula según Robin Alexander:
1. Preparación:
- Selección del tema: Elige un tema relevante, controvertido y que genere interés en los alumnos.
- Establecimiento de objetivos: Define qué quieres que los alumnos aprendan con el debate.
- Preparación de materiales: Proporciona al alumnado material de lectura o investigación relacionado con el tema del debate. Esto les permitirá formar opiniones informadas antes de la discusión.
2. Organización del aula:
- Disposición del espacio: Crea un espacio circular o en forma de U para que todos los alumnos puedan verse y escucharse.
- Establecimiento de normas: Define las reglas básicas del debate, como respetar el turno de palabra, escuchar atentamente y evitar interrupciones.
3. Inicio del debate:
- Introducción del tema: Presenta el tema de forma clara y concisa, generando interés en los alumnos.
- Planteamiento de preguntas: Formula preguntas abiertas que inviten a la reflexión y al debate.
4. Moderación del debate:
- Intervención del profesor: El profesor debe actuar como moderador, guiando el debate y asegurando la participación de todos.
- Estímulo a la participación: Anima a los alumnos a participar activamente, expresando sus ideas y opiniones.
- Gestión del tiempo: Controla el tiempo para que el debate se desarrolle de forma fluida y no se desvíe del tema.
5. Cierre del debate:
- Resumen de las ideas principales: Resume las ideas principales que se han debatido.
- Conclusiones: Extrae conclusiones del debate, reforzando los objetivos de aprendizaje.
- Evaluación del debate: Reflexiona sobre cómo se ha desarrollado el debate y qué aspectos se pueden mejorar.
Un libro que por ser conciso y breve, muy enfocado a la práctica, se convierte en un imprescindible. Os lo recomiendo.







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